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Osakidetza ha incorporado a su cribado preventivo de enfermedades en recién nacidos una nueva prueba no invasiva indicada para mujeres embarazadas. Se trata de un ... análisis de sangre de la madre que permite identificar sin riesgo ni para la gestante ni para el feto alteraciones cromosómicas vinculadas al síndrome de Down, Edwards y Patau, y que Salud ha comenzado ya a realizar en sus hospitales este pasado mes de mayo.
Con esta son ya 23 las patologías que permite detectar la denominada prueba del talón, que consiste en tomar una muestra de sangre al bebé mediante una punción en el talón a las 48 horas de nacer y antes de que reciba el alta hospitalaria. Y Osakidetza pretende añadir otras 9 patologías el próximo año.
«Estas pruebas son cruciales para asegurar la salud y el bienestar a largo plazo de los niños, ya que permiten una intervención precoz y una mejoría en el pronóstico de estas afecciones, evitando discapacidades graves o incluso fatales», ha asegurado el consejero de Salud, Alberto Martínez, durante el Pleno de Control al Gobierno, donde ha sido cuestionado por Elena Lete, del PNV, acerca de la implementación de programas de cribado.
El consejero ha destacado que estas pruebas «constituyen una estrategia clave en la detección precoz, reducción de la mortalidad y mejora de calidad de vida relacionadas con el cáncer», y ha pasado a detallar algunos datos.
El cáncer «es el primer motivo de fallecimiento en Euskadi». El 27% de la población vasca fallece por esta enfermedad. En este contexto, la prevención y los programas de cribado «han demostrado un impacto positivo en la salud pública, mejorando las tasas de supervivencia y reduciendo la carga de la enfermedad en la población».
Osakidetza cuenta en estos momentos con tres programas activos. El de mama, dirigido a mujeres de entre 50 y 69 años y a aquellas mujeres de 40 a 49 años con antecedentes familiares de primer grado, cuenta con una tasa de participación del 79,3%, lo que sitúa a este cribado en niveles óptimos según las recomendaciones europeas.
Gracias a esta prueba, el pasado año se detectaron 715 casos de tumores mamarios en Euskadi, la mayoría en estadios muy precoces y con buen pronóstico. Y desde 1995, el programa ha diagnosticado 12.663 cánceres, la mayoría en estadios precoces (84% con tratamiento conservador). Con ello se ha reducido en un 16% la mortalidad, con una supervivencia a 5 años en mujeres diagnosticadas en edad de cribado del 92,7%.
En 2009, el País Vasco implantó el cribado de cáncer colorrectal, un programa en el que inicialmente participaban pacientes de 50 a 69 años y que Osakidetza extendió el pasado ejercicio hasta los 74 años. El programa ha alcanzado una tasa de participación del 73%, una de las mayores del Estado y del conjunto de la Unión Europea.
Esta prueba preventiva detecta 7 de cada 10 tumores colorrectales en estadios iniciales, 70% durante el año pasado, cuando Salud localizó 1154 en hombres y 931 en mujeres. Desde el inicio del programa en 2009, se han detectado 4.519 tumores malignos, el 71% en estadios iniciales, reduciendo la mortalidad en un 30%.
«Es de destacar que la incidencia y la mortalidad en las últimas décadas han descendido significativamente en ambos sexos por la puesta en marcha de este programa preventivo», ha destacado Martínez.
El último cribado que ha puesto en funcionamiento el Servicio Vasco de Salud ha sido el de cérvix, que comenzó en 2018 y está dirigido a mujeres con edades ciomprendidas entre los 25 y 65 años. «El 70% de los tumores que se detectan a través de este cribado es en estadios iniciales, lo que aumenta notablemente la supervivencia», ha señalado el consejero.
Adicionalmente, Osakidetza pondrá en marcha este mes de junio un proyecto piloto para valorar la implantación de un nuevo cribado poblacional. Concretamente el de cáncer de próstata, el tumor más habitual entre los hombres. Una prueba en la que participarán un millar de vascos de entre 50 y 70 años que serán sometidos a una analítica en la que se les medirá el nivel de PSA (antígeno prostático específico) en una muestra de sangre.
Si el resultado es menor de 3ng/ml se reinvitará a ese paciente a un nuevo cribado 3 años más tarde. Si es igual o mayor que esa cifra, el usuario será sometido a una resonancia magnética y otro biomarcador llamado PHI, que mide el índice de salud prostática. Según los resultados, un urólogo valorará la posibilidad de realizarle una biopsia para detener el tumor.
Euskadi dispone también de una iniciativa europea pionera de investigación llamada LUCÍA que, junto a otros países europeos, busca un modelo de cribado temprano de cáncer de pulmón. 1.400 personas participan de manera voluntaria en esta investigación que, según ha adelantado el máximo responsable de la sanidad vasca, «requiere aún de mayor evidencia científica, pero por la que queremos seguir trabajando, más en un país con un índique de tabaquismo muy elevado y un índice de cáncer de pulmón creciente».
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