«Si antes realizábamos 20 test de VIH al mes en la farmacia, ahora apenas hacemos 2 o 3»

«No tiene nada que ver el número de test que hacíamos al principio con los que hacemos ahora, pero absolutamente nada. Al principio podríamos realizar unas 20 pruebas al mes. Ahora apenas hacemos 2 o 3», certifica Lourdes Iruretagoyena, titular de la farmacia Camino Iruretagoyena de Donostia. El descenso es significativo no solo en Gipuzkoa, sino en el conjunto de Euskadi, donde el número de vascos que se hacen una prueba en estos establecimientos ha caído casi un 60% en el último lustro pese al aumento de los contagios.

Los datos hablan por sí solos. Si en el periodo 2015-2019 las boticas del País Vasco llevaron a cabo 12.368 pruebas, entre 2019 y 2024 el número de autotest cayó a 5.092. Desde el Departamento de Salud hablan de «un descenso notable que se produjo de forma súbita» con motivo del Covid-19 «y que se mantiene en la actualidad», por lo que inciden en la importancia del diagnóstico precoz para revertir esta situación.

La farmacéutica explica esta situación por la «falta de sensación de peligro que hay en la población. Viene ocurriendo desde la pandemia, la gente está mucho más tranquila porque sabe que hay un tratamiento y porque a día de hoy ya no te mueres por esta enfermedad. Pero no es consciente realmente del problema de salud que supone un contagio».

Desde Osakidetza recuerdan que «la única manera» de saber si una persona tiene la infección por VIH «es a través de una prueba específica». El pasado año se realizaron 1.009 test rápidos en las farmacias de Euskadi, 315 en las guipuzcoanas. La mayoría de los usuarios de este tipo de pruebas son hombres, casi ocho de cada diez. El 20,6% restante son mujeres. Además, dos de cada cinco varones mantienen relaciones con personas de su mismo sexo. Gracias a esta herramienta, las boticas del territorio detectaron un caso positivo en VIH.

La accesibilidad y la rapidez en el resultado son dos de los aspectos más valorados de las personas para la realización del test en una farmacia, seguido del anonimato del mismo y la seguridad y confianza que aporta la botica a los ciudadanos que optan por hacerse allí las pruebas. «Las farmacias somos la primera puerta de acceso de los pacientes y es un test fácil, sencillo y que además tienes el resultado en cuestión de minutos. Y todo ello de manera anónima, únicamente preguntamos la edad.Además es una prueba muy asequible, ya que solo cuesta 5 euros», explica Iruretagoyena.

En la actualidad existen diferentes opciones para realizar una prueba de detección de VIH en Euskadi, bien acudiendo a un centro sanitario de Osakidetza y solicitar una analítica, o realizando una prueba rápida que, además de en ONGs (Bizkaisida, Sidalava, Gehitu), también está disponible en una red de 60 farmacias en Euskadi: 19 en Gipuzkoa, 32 en Bizkaia y 9 en Araba.

«Uno de los retos para luchar frente a esta pandemia es diagnosticar a todas aquellas personas que han contraído la infección. Por ello consideramos necesario promover y facilitar la realización de pruebas de VIH en todas las alternativas posibles y, en este sentido, las farmacias comunitarias pueden ser una opción interesante para muchas personas, ya que además permite realizar la prueba de manera anónima», asegura Oskar Ayerdi, coordinador del Plan del SIDA e ITS de Osakidetza.

Por su parte, el presidente del Consejo de Farmacéuticos del País Vasco, Miguel Ángel Gastelurrutia, incide en que sigue siendo muy importante el diagnóstico de la infección por VIH lo más tempranamente posible «y la farmacia es un lugar idóneo para realizarse dicha prueba». El hecho de que el VIH se esté transformando en una enfermedad crónica, apunta, «no debe hacernos olvidar que es una infección de transmisión sexual (ITS) más y, por tanto, es fundamental recordar la necesidad de utilizar medidas de prevención como puede ser el preservativo». Pese a los avances logrados, la mitad de los casos se siguen detectando de forma tardía.